El Mundo publicaba esta fin de semana una entrevista con Vinton Cerf, uno de los padres del protocolo TCP/IP de Internet.
He hecho el ejercicio de intentar leerla con los ojos y la mente de alguien que no estuviera especialmente cercano al mundo de la tecnología; de alguien que quizá estuviera reflexionando sobre si más tecnología equivale o no automáticamente a progreso; o a veces sí y a veces no.
Y lo cierto es que hay material para pensar. Escojo fragmentos de la entrevista:
«En unos años todo estará conectado a la Red, desde la ropa hasta los electrodomésticos. Y ésto proporcionará un mejor conocimiento del mundo […] Será una forma de potenciar la inteligencia».
«Estamos desarrollando una nueva relación con las máquinas, con la tecnología […] Y todo ésto nos lleva a deducir que empieza a desarrollarse una nueva relación entre los hombres y de un modo distinto a como las telecomunicaciones nos han permitido hasta ahora. Estoy seguro de que éso humanizará nuestra forma de relacionarnos».
Hummmm!!! Con el debido respeto al personaje, me da un poco de miedo el lenguaje que utiliza. Conectarlo todo aumentará el volumen de datos, y también el conocimiento del mundo que sea reducible a datos, que no todo lo es. Hasta aquí más o menos de acuerdo. Pero, ¿estará el Sr. Cerf insinuando que nuestra forma de relacionarnos, antes de Internet, no era suficientemente humana?
Sigamos:
«Lo bueno es que todo está conectado, pero lo malo es eso mismo. Algunos de los problemas que plantean las posibles amenazas que se alojan en la Red las podemos solventar técnicamente creando barreras, pero es cierto que no podemos garantizar una seguridad total respecto al terrorismo o al fraude […] Eso implicará establecer un nuevo cauce global para el Derecho, que también debe asumir los retos que plantea Internet […] Eso plantea un desafío muy interesante, pues se trata de coordinar la tecnología, el Derecho y la ética».
Incluso si estamos de acuerdo, no deja de ser una forma unilateral de plantearlo. Porque lo que se infiere es que el Derecho y la ética se han de coordinar con el avance de la tecnología. Pero la posibilidad opuesta, que el ritmo de desarrollo de la tecnología se acompase a aquél con el que evolucionen el Derecho y la ética, éso ni se plantea.
Llegamos al final, en el que se repite este planteamiento determinista, unidireccional:
«Internet avanza a una velocidad enorme y no espera. La tecnología está penetrando de una forma muy directa e imparable en la sociedad. Y cuando la sociedad abusa de la tecnología surgen los problemas».
Una expresión que, al impersonar la tecnología, incurre en una trampa demasiado habitual. Porque ni Internet ni la tecnología avanzan por su cuenta, sino al ritmo con que las impulsan los investigadores, los inversores, los empresarios, e incluso algunos colectivos de usuarios. Lo que se está diciendo, por tanto, es que algunos empujan a una velocidad enorme, y no están dispuestos a esperar. Y que los problemas surgen cuando la sociedad (o sea, alguna porción del resto de la sociedad), no se comporta.
Para completar esta dosis de lectura políticamente incorrecta, terminaré recordando que Vinton Cerf trabaja hoy para Google. Una empresa con una estrategia bifurcada: gana su dinero colocando publicidad, mientras atrae audiencia (que no clientes) con su buscador y otros ‘gadgets’ virtuales, que regala. Lo cual obliga a escucharles con cautela: porque nunca puede descartarse que las ‘causas’ de Google respondan más a los intereses de sus clientes (los anunciantes) que a los de sus usuarios (nosotros, la audiencia).
¿Comentarios?
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Vinton G. Cerf puede ver el futuro. Es un genio y eso esta demostrado con el excepcional trabajo que hizo al crear el protocolo TCP que ya ha sobrevivido todos estos años sin cambios importantes.
Con respecto a Google «gana su dinero colocando publicidad, mientras atrae audiencia (que no clientes) con su buscador y otros ‘gadgets’ virtuales, que regala. Lo cual obliga a escucharles con cautela.:»
De alguna manera debe sostenerse la empresa, y nadie nos obliga a usar su motor de busqueda ni sus gadgets, hay muchas alternativas en el mercado.