Marcos mentales (3): Presbicia tecnológica

Las reacciones al reciente anuncio de que Sony ha ganado a Toshiba la batalla por la nueva generación de DVDs me motivan a intentar un apunte sociológico sobre los diversidad de «marcos mentales» que se aplican a las cuestiones relacionadas con las tecnologías de la información.

La valoración del Financial Times es que:

La existencia de un único formato debería acelerar la transición hacia la nueva tecnología [de alta definición] en el mercado de los DVD domésticos, que mueve 24.000 millones de dólares.

Presentan un «marco» para la noticia (la batalla por la renovación de los reproductores). Y un dato relevante (el nada despreciable tamaño de un mercado).

Por su parte, el tratamiento del NewYork Times introduce un matiz interesante sobre la victoria temporal de Sony:

Los reproductores Blue-Ray cuestan ahora mismo entre 350 y 400 dólares. La mayoría de la gente se contenta con comprar un reproductor DVD más moderno, pagando sólo 79 dólares, antes que pagar entre 350 y 400 dólares por un Blue Ray. […] Las ventas de Blue ray representarán menos del 25% de los reproductores a menos que el precio baje hasta entre 150 y 200 dólares.

La cuestión, pues, sería si Sony es capaz de bajar los precios hasta estos niveles, y a qué velocidad. Una cuestión de marketing y estrategia comercial.

Pero hay más. Otro artículo del Financial Times destaca un matiz adicional:

El beneficio real podría no provenir tanto de los reproductores, que tendrán inevitablemente una erosión de precios y márgenes con el tiempo, como por la titularidad de los derechos de propiedad intelectual del estándar ganador. Sony y Panasonic podrían obtener beneficios similares a los que Philips cosechó con el estándar CD.

no-ven-de-cerca.jpgPero aún hay más. Otra vez según el NewYork Times:

Corre por la blogosfera la idea de que la victoria de Sony […] es intranscendente porque la gente pronto estará descargando videos de alta definición de la red antes que comprarlos en disco. [Pero] las descargas son demasiado difíciles para el mercado de masas. Comprar discos es fácil de hacer y de entender.

Sobre esta cuestión, la opinión del Presidente de Sony es que «Faltan cinco años para las descargas. El mundo estará en bienes empaquetados por lo menos durante cinco a siete años».

Supongo que es inevitable que haya algún «ilustrado-TIC» que disiente:

Esta victoria de Sony puede ser completamente pírrica: a nadie se le escapa que el formato de plástico para almacenamiento de materiales audiovisuales resulta cada vez más obsoleto, que se trata fundamentalmente de una maniobra de huida hacia delante de la industria ante la copia de sus contenidos y para restringir el derecho de copia privada, y que el formato en el que manejaremos nuestros datos en el futuro no es otro que las descargas.

No queda claro a quién se refiere cuando es escribe en primera del plural, ni el horizonte de ese futuro. Para algunos es más fácil ver de lejos que de cerca.

Otra cuestión, finalmente, es por qué nos ha de interesar esta cuestión en estos lares, cuando no producimos aparatos y apenas contenidos. Pero ésta equivale a preguntarme sobre la razón por haber escrito estas líneas, justo cuando he acabado de hacerlo. En fin.

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Archivado bajo Marcos mentales, Propiedad Intelectual, Prospectiva, Sociedad

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