Archivo diario: febrero 1, 2008

El multitasking de los gamers: ¿Una cualidad?

multitasking_3.jpgMe resisto, por motivos que eventualmente confesaré, a abandonar la reflexión sobre los ‘gamers‘ y la empresa que inicié en un ‘post anterior a raíz de una de las propuestas del Update’08 y de una publicación reciente de la Harvard Business School.

Para algunos, una de las cualidades destacables de los ‘gamers’ es

Una habilidad asombrosa para la multitarea.

Confieso ser ambivalente sobre la capacidad de actuar en multitarea como una cualidad. Quizá porque valoro más la capacidad de concentración. Uno no puede concentrarse en modo multitarea. Ni puede multitarear estando concentrado. Yo no, por lo menos.

Eso no quiere decir que sean cualidades incompatibles. Es concebible que alguien sea capaz de demostrar una gran capacidad de concentración cuando toca concentrarse y también una gran capacidad para hacer de malabarista de tareas cuando las circunstancias lo exigen. Pero ahora mismo, repasando mentalmente una relación de conocidos y colegas, los que son excelentes en una de estas cualidades tienden a ser mediocres en la otra. Pero quizá sólo suceda eso con mis amigos.

En cualquier caso, el azar o la necesidad han traído hasta mi disco duro un artículo publicado en una revista literaria en la que el Walter Kirn, un escritor profesional, cuestiona también el ‘multitasking’ como cualidad deseable. Vale la pena leerlo, porque está bien escrito; y también por las ilustraciones, (de Istvan Banjay) de las que he me he tomado la libertad de reproducir alguna.

multitasking_1.jpg

Puesto a escoger un párrafo del artículo para citarlo aquí, me ha parecido interesante el resultado de este experimento:

Consider a recent experiment at UCLA, where researchers asked a group of 20-somethings to sort index cards in two trials, once in silence and once while simultaneously listening for specific tones in a series of randomly presented sounds. The subjects’ brains coped with the additional task by shifting responsibility from the hippocampus—which stores and recalls information—to the striatum, which takes care of rote, repetitive activities. Thanks to this switch, the subjects managed to sort the cards just as well with the musical distraction—but they had a much harder time remembering what, exactly, they’d been sorting once the experiment was over.

Leed el resto. De verdad.

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