Que la fe en el progreso no sea ciega

Como mi trancazo sigue acompañándome, me ha dado tiempo de acabar «The Big Switch«, el último libro de Nicholas Carr. A través de él he llegado a un discurso de Ben Bernanke, el chairman de la Reserva Federal norteamericana, en que constata una tendencia de décadas de aumento de las desigualdades salariales en los EEUU.

«En términos reales, el salario medio creció alrededor del 11,5% entre 1979 y 2006. Durante el mismo período, el salario en el décimo percentil, el más bajo en la distribución de salarios, creció sólo el 4%, mientras que el salario en el percentil 90, en el rango más alto, creció el 34%».

La causa principal, aunque no la única, parece ser el efecto desigual del cambio tecnológico. Por lo visto, las utopías de base tecnológica no son igualmente beneficiosas para todos. Para no olvidarme, y pensar más sobre ello, he dejado unas notas en mi tablero.

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2 comentarios

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2 Respuestas a “Que la fe en el progreso no sea ciega

  1. Lo primero que pienso al leer este post es que no me extraña nada lo que leo. La utopía de la igualdad sigue ahí y no creo que la solución venga por el cambio tecnológico, necesita de un cambio de mentalidad. El desarrollo y el acceso a la tecnología ha abierto muchas puertas, pero también las está cerrando para mucha gente que no puede seguir el cambio tecnológico a la velocidad en que este se produce. La palabra cambio suele venir acompañada de inseguridad y miedo. Y el miedo es antónimo del progreso.

    Cuídate el trancazo 😉

  2. La tecnología no es la panacea está claro, pero creo que ayudará, junto (inseparable) con la educación, en reducir desigualdades – nunca con tan poco se puede hacer tanto, sin tan pocas barreras de entrada, nunca ha sido tan difícil evitar que la información fluya, nunca tanta gente ha tenido tanto acceso a tanta información… sí lo se, soy un optimista.

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