Está disponible en la página Web de Localret la documentación de su 10ª Asamblea, celebrada hace pocos días en Barcelona.
Se trata en mi opinión, de un conjunto de documentos muy relevante, que expone de forma transparente la posición de este organismo municipalista sobre el impulso a la sociedad de la información y al despliegue de infraestructuras de telecomunicación en Cataluña.
Los posicionamientos razonados y estructurados sobre estas cuestiones no abundan ni en Cataluña ni en España, ni en el ámbito de las administraciones ni de los organismos de la sociedad civil. Por tanto, además de reconocer la aportación que suponen los documentos de Localret, parece más que adecuado fomentar su análisis y debate en círculos lo más amplios posibles.
No éste el momento ni el espacio para iniciar este debate. Me limitaré por tanto a sólo tres consideraciones.
La primera se refiere la resolución de Localret instando a un «nuevo acuerdo parlamentario que suponga un nuevo impulso a la sociedad de la información en Cataluña«, que se basaría en tres pilares (cito textualmente):
- Las infraestructuras y los servicios de telecomunicaciones en todas las ciudades y pueblos catalanes. Equilibrio territorial.
- La modernización de las administraciones locales catalanas. Equilibrio territorial.
- Introducción de las TIC en las actividades económicas y sociales. Competitividad económica local.
Sólo apuntaría dos matizaciones sobre la conveniencia indudable de este acuerdo. La primera es que no tendría por qué limitarse al ámbito parlamentario. Sobre todo (y ésta sería la segunda) por el precedente de que el último documento estratégico «oficial» sobre el impulso a la sociedad de la información en Cataluña, elaborado en 1998 por el entonces Comisionado de la Generalitat Miquel Puig y por Localret, nunca llegó a ser formalmente aprobado por el Parlament ni por el Govern. Un precedente a tomar en cuenta.
En segundo lugar, tengo la impresión de que el contexto de las propuestas actuales de Localret tiene analogías muy potentes con el que propició su fundación hace diez años. La perspectiva del despliegue del cable fue entonces un acicate para el posicionamiento activo de las administraciones locales sobre las telecomunicaciones. Parece que ahora la perspectiva del despliegue de la NGN, de las redes de banda ancha de nueva generación, está teniendo un efecto comparable.
No hay un balance explícitamente compartido sobre la política de las administraciones catalanas al respecto del cable (el mío propio está publicado en un documento de investigación de la UOC y en mi tesis doctoral). Pero sería en cualquier caso interesante que se tomaran en cuenta los éxitos y los errores de ese proceso anterior, tanto en el contexto de las administraciones como el de la sociedad civil.
Incluyendo, y este sería mi tercer y último punto, el evitar planteamientos que podrían calificarse como «tremendistas». Como la aseveración, que la nota informativa de Localret pone en boca de su Presidente, el Alcalde de Terrassa Pere Navarro, de que se «ha constatado que en dos terceras partes del territorio catalán, sin la colaboración de la administración, no llegará nunca la banda ancha«. Una afirmación que, tomada al pie de la letra y sin matices, choca con la constatación de que el despliegue actual de la banda ancha (cable y ADSL) alcanza a mucho más de un tercio del territorio.
P.S. Finalmente, sólo me queda recomendar a los interesados en estas cuestiones que consulten, estudien y debatan las respuestas publicadas en la Web de la CMT sobre la consulta de la Comisión al respecto de las redes de acceso de fibra óptica de nueva generación. Que incluyen las de administraciones catalanas como Localret y la Generalitat. Aunque se constate la ausencia de comentarios de organizaciones empresariales y de la sociedad civil catalana no relacionadas directamente con el sector TIC.
Que me da pie para acabar con una pregunta abierta
¿Cómo interpretar esa ausencia? ¿Cómo valorarla? ¿Cómo corregirla, si fuera necesario?