Al inicio de la segunda entrega de Millenium, el best-seller de Stieg Larsson, Mikael Blomkvist, el principal protagonista, cuenta que Lisbeth Salander, el segundo personaje central de la novela,
«… manejaba los ordenadores como si estuviera aliada con el mismísimo diablo«.
Aún tratándose de la heroína de la novela, creo que coincidiríamos en que la frase no funcionaría si se dijera que en este asunto de manejar ordenadores, la Salander estaba aliada con los ángeles o con el Espíritu Santo.
Sí podemos decir, en cambio, sin que rechine demasiado, que Mozart componía como si los ángeles le cantaran las melodías al oído. Pero no nos los imaginamos, yo por lo menos, dictando líneas de código.
¿Hay algo más profundo detrás de esta elección selectiva de seres espirituales, incluso si es metafórica? ¿Se trata sólo de una simple casualidad sin más relevancia, o bien responde a ‘marcos mentales’ más o menos arraigados?
Sea como fuere, se acumulan en la prensa artículos sobre el uso y abuso de Internet por parte de delincuentes organizados. Hace no mucho, el New York Times avisaba de que los ataques internéticos son cada vez más potentes. Hace pocos días publicaba un nuevo artículo encabezado con el párrafo,
«Internet security is broken, and nobody seems to know quite how to fix it».
en el que un experto avisa de que «ahora mismo los chicos malos mejoran más rápidamente que los chicos buenos«. Anticipándose a la toma de posesión de Obama como Presidente de los EEUU, ya se ha publicado el informe de un ‘think tank‘ que reclama con urgencia una estrategia y una organización específicas para la gestión de la seguridad de Internet. Hay otros ejemplos.
Lo cual viene a confirmar que se reproducen en Internet muchos de los vicios y virtudes del mundo real. ¿Qué pensarán de éso los ciberlibertarios?
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