Archivo diario: febrero 11, 2014

Pistas para aspirantes a ‘social hackers’

En esta entrada, poco más que un conjunto de citas  (para nada escogidas al azar), sobre la idea de ‘hackear’ el sistema.

De la increíble historia de la creación de VISA. Una empresa que todo el mundo conoce, que mueve muchísimo dinero, pero de la que pocos pueden decir quién es el propietario o el CEO, o si cotiza en Bolsa. Una cita de su creador, Dee Hock:

«Understanding events and influencing the future requires mastering of four ways tof looking at things: as they where, as they are, as they might become and as they ought to become.»

Lo más interesante, a mi juicio, este «ought to become«, cómo deberían ser las cosas.

Acerca precisamente de este punto, Geoff Mulgan, uno de los expertos en innovación social en el Reino Unido, apostilla lo que se me antoja un requisito clave para los social hackers:

«We need a new generation of leaders who aren’t just interested in the gadgets and cool stuff – but also have the wisdom to understand what it means.«

Luego queda, por supuesto, la cuestión de cómo poner manos a la obra. Sobre ello, dos citas más. La primera, atribuida a la antropóloga Margaret Mead, apunta a lo que me parece un punto débil de los concursos de ideas y del arquetipo de innovador solitario:

«Never doubt that a small group of thoughtful, committed citizens can change the world. Indeed, it is the only thing that ever has.”

(Quizá lo que habría que hacer es encontrar a quien patrocinara concursos de equipos de estos thoughtful, commited citizens).

La última cita, también de Dee Hock, es una reflexión sobre el liderazgo necesario para que la perspectiva, la sabiduría y los equipos tengan oportunidades de cambiar el futuro, incluso si el sistema a cambiar parece a primera vista poco permeable a los cambios. Dee Hock propone es que el líder debería dedicar el 50% de su esfuerzo a liderarse a sí mismo y el 25% a liderar a sus jefes, dividiendo el resto entre los iguales (20%) y los subordinados (5%). La receta entonces es aplicarse el cuento, y replicarlo. Porque,

«If those over whom you have authority properly manage themselves, manage you, manage their peers and replicate the process with those they employ …»

… entonces hasta lo improbable puede hacerse posible.

Se trata ahora de ver si podemos aplicar estas recetas para cambiar algunas de las cosas que tantos estamos de acuerdo en que se habrían de cambiar.

¿Alguien se apunta?

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