Leo en Slashdot que una compañía australiana vende paquetes de 1.000 ‘followers’ de Twitter por 87 dólares (con el argumento de que un seguidor en Twitter vale 0,10$ por mes).
Si lo hace, es porque debe haber clientes. Seguro que los hay. Hace tiempo escribí en este espacio que en la comunidad Twitter habría muchos candidatos a protagonistas virtuales de Gran Hermano. En efecto, mi experiencia como usuario de Twitter durante las últimas semanas me confirma que un buen número de Twitter-escribanos (aunque no todos) se comportan como si sólo buscaran estar permanentemente en el candelero o candelabro.
Reproduzco para acabar el acerado de Slashdot sobre esta cuestión:
«Este es únicamente el último de un número de debilidades y problemas en el universo Twitter, creado por los individuos que intentar dar la vuelta en beneficio propio a una herramienta popular«.
Pues éso. Por si acaso, dejo constancia en la imagen de que no me he apuntado a prácticas de ese tipo. Juro además solemnemente no hacerlo en el futuro.
¿Comentarios?