Leo en el New York Times que un 80% de los graduados de la nueva promoción de MBAs de Harvard no se ha atrevido a firmar un ‘juramento ético‘ con este prefacio:
«Tengo la resolución de servir como directivo al bien general, combinando gente y recursos para crear un valor que ningún individuo puede crear por sí solo. Por consiguiente, buscaré una trayectoria que aumente el valor que mi empresa puede crear para la sociedad a largo plazo. Soy consciente de que mis decisiones pueden tener consecuencias de largo alcance que afecten el bienestar de individuos dentro y fuera de mi empresa, hoy y en el futuro. Para reconciliar los intereses de estos colectivos, me enfrentaré a elecciones que no serán fáciles ni para mí ni para otros».
«From Higher Aims to Hired Hands.
The social transformation of American business schools and the unfulfilled promise of management as a profession«.
«The Dismal Science: How Thinking like an Economist Undermines Community«
Leo esta declaración a la vez que empiezo dos libros, escritos precisamente por profesores de Harvard, sobre la ética de la economía y de las escuelas de MBA. Prometo compartir aquí mis reflexiones sobre esas lecturas. Entretanto, planteo una duda (o tal vez un reto):
¿Suscribirían nuestros ‘ilustrados-TIC‘, incluyendo los que enseñan en escuelas de negocio, un juramento ético de este tipo, incorporando el rol de las TIC?
A juzgar por lo que entiendo de lo que escriben, creo que no. Que su individualismo es demasiado grande, su éTIC@ frágil y su visión social, de la sociedad real, demasiado estrecha. Pero me encantaría equivocarme.
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