Me habían enseñado que ahorrar era una virtud

¿Es una contradicción hablar de un exceso de ahorro?

A los de mi generación nos enseñaron que el ahorro es (era?) una virtud. La fábula de la cigarra y la hormiga; esas cosas.

Me intriga ahora leer que algunos economistas con premio Nobel apunten a un ‘exceso de ahorro’ como primera causa de las actuales crisis económica y financiera.

blog_090302Paul A. Samuelson («Podría EEUU sufrir ‘décadas perdidas’ como las de Japón?») escribe en El País:

«Cuando los ciudadanos se asustan demasiado y dejan de gastar, su cambio al ahorro imposibilita el aumento de la inversión. Mi generación de macroeconomistas lo denominaba ‘la paradoja del ahorro‘».

En el mismo ejemplar del diario, Paul Krugman, escribe bajo el titular «La venganza del exceso«:

«Una forma de ver la actual situación internacional es pensar que estamos padeciendo una paradoja del ahorro a escala mundial: por todo el mundo, las cantidades que se quieren ahorrar superan a las que las empresas están dispuestas a invertir. Y la consecuencia es una depresión mundial que deja a todo el mundo peor de lo que estaba. Así es como nos hemos metido en este lío, del que seguimos buscando el modo de salir».

Debería quizá creerles al pie de la letra; al fin y al cabo se trata de premios Nobel. Pero el mismo día el Mundo publicaba un artículo de otro economista sosteniendo lo que parece exactamente la tesis opuesta:

«El mayor reto es desarrollar un plan que promueva crecimiento sostenible a largo plazo, financiado con ahorros en vez de con más deuda. Esta es realmente la clave del reto político al que se enfrentan los líderes políticos de la Unión Europea y los EEUU. Sus economías […] decrecen porque han seguido políticas económicas equivocadas que promovieron el endeudamiento, el gasto y la especulación antes que el ahorro y la producción».

Con la sospecha de que también la Economía puede teñirse de ideología, decido seguir investigando.

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4 comentarios

Archivado bajo Economía, Políticas públicas

4 Respuestas a “Me habían enseñado que ahorrar era una virtud

  1. Pingback: El exceso de ahorro puede ser una causa de la crisis | Planeta Crisis

  2. Hola, Ricard,
    Me da la impresión que, afortunadamente, la economía depende de los economistas tanto como la meteorología depende de los meteorólogos. Sino, estaríamos todavía peor.
    Yo, puestos a alinearse, me alineo con con el que otorga la culpa de la crisis a que todo se hace con deuda en lugar de con ahorro.
    Otra cosa distinta es pensar que ahora, si hace falta salir de este pozo donde nos hemos metido, necesitamos que la gente destine un poco más de recursos a consumir. Pero como no somos como las hormigas, sino seres con conciencia individual, es difícil ajustar tanto y lo que está pasando ahora, que la gente ahorra todo lo que puede, es una consecuencia lógica después e ver lo que se ha visto.

  3. El ahorro és bueno y estrictamente necesario para que haya inversión.

    En mi opinión (cómo tengo que verme, opinando ante economistas Nobel) no estamos ante una paradoja del ahorro, es decir, un exceso de oferta de dinero (los ahorros), sino ante un estrangulamiento del crédito que desequilibra el mercado de dinero por la otra parte, por la demanda: las condiciones para pedir un crédito para la inversión son tales que la demanda se contrae porque no puede cumplir dichas condiciones.

    No dudo que pueda haber una reducción final del consumo debida al decremento de la dotación salarial agregada, pero no me parece que sea la componente más importante.

  4. Francesc

    Estoy de acuerdo con Pau en que, dadas las circunstancias actuales de gran incertidumbre acerca del futuro, la gente es más propensa a ahorrar (al menos las clases medias), a pesar de tener poder adquisitivo y renta disponible, por el temor a quedarse sin trabajo y tratar de protegerse así de posibles situaciones futuras adversas.

    También estoy completamente de acuerdo con Ismael de que no estamos frente a una paradoja del ahorro, sino frente a un estrangulamiento del crédito por endurecimiento de las condiciones.

    Además de ello, creo que somos muchos los que nos tememos que el dinero publico que se está inyectando al sistema bancario va a servir más para «limpiar» sus balances, que para proporcionar créditos a empresas y familias. Ya veremos cómo acaba esta historia. Tiempo al tiempo …

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