Si la cuestión es cómo ‘aparcar‘ la ‘mala innovación‘ y reemplazarla por la que sea ahora más conveniente para superar la crisis, ¿cómo enfocar la respuesta?
El razonamiento que esbozo en la pizarra me trae a la memoria el diagnóstico de Peter Drucker, que escribió hace no muchos años que:
«La sociedad del futuro no estará dominada, ni siquiera conformada por las tecnologías de la información. Estas serán importantes, por supuesto, pero sólo unas de las nuevas tecnologías importantes. La característica central de la próxima sociedad, como sus predecesoras, serán nuevas instituciones y nuevas teorías, ideologías y problemas».
De entrada, lo que la crisis ha traído son nuevos problemas. Tecnologías teníamos ya bastantes, incluyendo algunas aún no utilizadas a fondo. De lo que andamos más escasos, creo yo, es de nuevas ideologías, teorías e instituciones.
Comentarios finales:
- Citas de Sam Palmisano y Ethan Zukermann sobre la verdadera INNOVACIÓN.
- Vale la pena contrastar dos versiones publicadas hoy en El País sobre la crisis, asunto Madoff incluido. Desde su visible militancia ideológica, Joaquín Estefanía sostiene que «para que se produjeran esos fallos regulatorios debieron existir previamente fallos de mercado y golfos apandadores que se aprovecharon del clima desregulatorio hegemónico para cometer toda clase de tropelías e irregularidades«. Enrique Gil Calvo sostiene que el origen de la crisis no es sólo la codicia, que da por descontada, sino la credulidad extendida. Yo traduzco ambas como la demostración de que hemos puesto una confianza excesiva en ‘marcos mentales‘ sobrepasados, y por extensión en las instituciones que supuestamente les otorgaban respaldo y garantías.
Vuelvo así a la conclusión de mi segunda pizarra sobre este asunto:
«La INNOVACIÓN que necesitamos es, sobre todo, social»
Será cuestión de poner manos a la obra.
¿Comentarios? ¿Sugerencias?