Archivo diario: noviembre 24, 2008

Un ingeniero del futuro se siente estafado

blog_081124Pedro Nueno, insigne ingeniero y profesor del IESE, firma en La Vanguardia una curiosa columna (reproducida aquí) sobre las promesas incumplidas de/a los ingenieros de su generación.

Cuenta que, cuando decidió ser ingeniero hace 48 años, esperaba que si llegaba a los 60 años:

  • Habría ido un montón de veces a la Luna.
  • Robots con aspecto humano harían todos los trabajos duros, repetitivos y de poco valor añadido.
  • Los coches circularían con seguridad a 200 kilómetros por hora.
  • El tráfico urbano sería fluido porque sensores y ordenadores lo gestionarían.
  • Entre la energía solar, la nuclear y lo que saldría del fondo del mar el coste de la energía sería poco importante.

Pero encuentra que, comparada con esas esperanzas, la realidad de hoy es decepcionante. Se siente estafado. Cierra su artículo preguntándose:

¿Qué les ofreceremos a los ingenieros del futuro que hoy empiezan a estudiar? O somos un poco ambiciosos o no se va a apuntar nadie.

Materia para reflexión. Se me ocurren varias cuestiones:

  • Aceptando el lenguaje del profesor Nueno, ¿quién estafó a quién? ¿La sociedad a los ingenieros de hace 50 años por crearles falsas expectativas? O, quizá a la inversa, ¿han sido los ingenieros los que han creado falsas expectativas a la sociedad?
  • Entre la ambición y el realismo, ¿cuáles son las promesas que se pueden honestamente hacer a quienes se plantean estudiar una ingeniería?
  • Pero también, ¿cómo encajan los ingenieros en las expectativas o los proyectos de la sociedad del futuro?

Los ingenieros fueron una ‘clase’ clave para construir físicamente la sociedad industrial. ¿Lo serán o habrían de ser también para construir la sociedad del conocimiento? Cuestión, una vez más, de ‘marcos mentales’.

¿Comentarios?

Anuncio publicitario

Deja un comentario

Archivado bajo Marcos mentales, Sociedad