En La Vanguardia de ayer, dos articulistas coinciden en destacar la forma en la que Obama y McCain reconocieron el resultado de las elecciones presidenciales y dieron por finalizada la campaña.
Otra lección que podemos extraer de estas elecciones podría ser la ejemplar reacción de los candidatos al conocerse el resultado de las urnas […] Obama, en su memorable discurso, dijo de su adversario: «El senador McCain luchó larga y duramente en esta campaña […] Todos nos hemos beneficiado del servicio prestado por este líder valiente y abnegado». McCain, por su parte, declaró su admiración por Obama, consideró que el resultado era histórico para los afroamericanos y para Estados Unidos y se ofreció al nuevo presidente electo para ayudarle a gobernar en la nueva etapa que ha comenzado. Seguro que en España muchos agradecerían este lenguaje, que no sólo es elegante en las formas – cada vez estoy más convencido de que la forma es el verdadero fondo- sino el único democráticamente aceptable.
El discurso de concesión por parte de McCain fue un modelo de llamamiento democrático a la reconciliación, y […] Obama respondió en el mismo tono. Esa regeneración de la política, esa superación de los antagonismos, no será retórica […] Ese cambio de rumbo ideológico, esa renuncia a la política de confrontación y exterminio, es tal vez el cambio más importante que representa la presidencia de Obama. No será una política débil. […] Lo que pide a su pueblo es confianza, trabajo y sacrificio. Tal vez podríamos seguirle en esa actitud en el resto del mundo. La desunión nos llevó al borde del abismo, mientras que la unión hace la fuerza […] Obama ha desbrozado el camino de una nueva andadura donde nos podamos ir reencontrando sin odiarnos los unos a los otros.
Pienso que el fondo de estas reflexiones, que apuntan a que las formas son también cuestión de fondo, tiene una validez que no se circunscribe a la política norteamericana; ni siquiera a la política en general. Ayudaría también al proyecto colectivo de construir mejor ‘nuestra‘ sociedad de la información. Y a evitar situaciones pasionales como, por ejemplo, las que han aflorado estos días en el blog de Enrique Dans. Situaciones sobre las que, para evitar interpretaciones espúreas, no tomaré partido; sólo apuntar que distraen más que ayudan.
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P.S. Imagen de Reuters publicada en El País de 18/10/2008.