Leo en The Guardian una entrevista con Vinton Cerf, uno de los ‘padres’ de Internet y actualmente el ‘Chief Internet Evangelist‘ de Google. A la pregunta de «quién limpiará Internet ahora que está llena de timadores, spammers y criminales que controlan redes de ordenadores zombies» , Mr. Cerf responde:
«Cada cual a su aire. A fin de cuentas, parece que cada máquina se ha de defender por sí misma. Internet se diseñó así».
Una de las críticas de mayor profundidad de sociólogos como Bauman o Beck a la actual situación de modernidad líquida es que se hace a cada individuo responsable de encontrar soluciones biográficas, y por tanto particulares, a las contradicciones del sistema. Lo que no parece disgustar a Mr. Cerf.
Langdon Winner ha descrito lúcidamente cómo la elección de desplegar una tecnología, que puede generar más adelante ‘efectos colaterales’ indeseados, equivale en la práctica a firmar un contrato cuyas consecuencias globales no se conocen hasta mucho más tarde. Porque la consideración de los efectos potenciales a plazo raramente se incluye en el proceso de decisión.
Las declaraciones de Vinton Cerf encajan perfectamente en este patrón. A mí no deja de parecerme una evangelización inquietante.
¿Comentarios?
Pingback: Viene nublado « ruizdequerol