He llegado, por un fortuito azar, a un documento titulado «My Brain Hurts«, que sostiene que las compañías de tecnología están dejando atrás a una mayoría de consumidores, aquéllos que no están interesados en la tecnología por sí misma, sino en utilizarla como medio para otros fines.
«Hay que cuestionar – sostiene el documento – la convicción de las companías TIC de que hay que continuar desarrollando todas las tecnologías. Eso es cierto para la compañía que las produce, pero no necesariamente para el consumidor».
En paralelo, los medios de comunicación recogen ampliamente estos días el desarrollo en Valencia de la «Campus Party«, un evento que reune, con el soporte de la Comunidad Valenciana y el ‘who is who’ de la industria, a varios miles de forofos (tal vez fanáticos) de las TIC.
Un mundo de contrastes, éste de la sociedad líquida. Particularmente, si se me pide tomar partido por una causa, me apunto a la de acercar la tecnología a la gente, en lugar de incentivar que la gente se adapte a la tecnología.