Podemos aprender mucho, creo, de las paradojas. De lo que desafía la lógica, el sentido común. De los «cisnes negros» de los que trata un reciente best-seller.
Apple es a la vez una manzana dorada y un cisne negro. Una empresa que ha tenido un éxito imprevisible poniendo en el mercado productos imprevisibles.
El artículo sobre Apple que comentaba en mi último ‘post‘ contiene un par de manifestaciones políticamente incorrectas que, en esta época en que tienden a preconizarse el consenso, el talante y el buen rollo vale la pena tomar en cuenta.
Sobre los consultores y los estudios de mercado.
«Averiguamos lo que queremos. Y creo que somos bastante buenos en tener la disciplina adecuada para concluir si otra gente también lo querrá. Para éso nos pagan. […] No hacemos estudios de mercado. No contratamos consultores […] Lo único que queremos es construir buenos productos.»
Sobre la innovación
En lo que hace referencia a la innovación y al desarrollo de software, lo políticamente correcto estos días es destacar las ventajas de los modelos abiertos, los desarrollos basados en la colaboración fuera de las organizaciones convencionales: la «innovación abierta«, los «contenidos abiertos«, el «software abierto«.
Steve Jobs dice hacer lo contrario: «Mi trabajo no es tratar bien a la gente estupenda que tenemos, presionarles y hacerles todavía mejores«. Un ex-ejecutivo de Apple añade: «Las democracias no hacen grandes productos. Se necesitan tiranos competentes«.
Cosas de la sociedad líquida, que nos obliga a buscar soluciones biográficas a las contradicciones del sistema. Hay quien preconiza «The Wisdom of Crowds» y a la vez quien escribe sobre «The Ignorance of Crowds«, incluso en lo referente al software:
«La conclusión final es que la producción entre iguales tiene aplicaciones valiosas, pero limitadas […] No parace adecuada para dar forma a los productos finales. Este es un trabajo que se hace mejor cuando un grupo relativamente pequeño y formalmente organizado de profesionales con talento colaboran estrechamente en perfeccionar los detalles de un producto. Implicar a una muchedumbre en este trabajo no lo acelera: sólo conlleva retrasos y confusión».
Creo:
- Que Steve Jobs estaría de acuerdo.
- Que convendría que lo tomaran en cuenta muchos de los «ilustrados-TIC» que evangelizan sobre el software abierto.
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