La política y las ideologías forman parte, inevitablemente, de la arquitectura social. Como tecnología y sociedad se co-producen, las tecnologías se impregnan de ideologías y de política a medida que evolucionan. Inevitablemente.
Por eso los bits no son sólo bits. Por eso no todos los bits son iguales.
El mismo tipo de consideraciones son aplicables al software. ¿Tiene sentido hablar de «EL» software como si hubiera sólo un tipo de software? ¿Son los iguales los softwares apuntados en el mapa mental del gráfico?
Dos copias del mismo software, idénticas bit a bit, pero sujetas a distintos tipos de licencia, ¿son idénticas? Sí, desde una óptica técnica; No, desde una perspectiva social.
A partir de estos planteamientos, cuando se afirma que «el software debería ser libre«, ¿de qué tipo de software se está hablando?
Estirar de este hilo daría seguramente para más líneas que las que caben en este ‘post’. La clave, creo yo, es tomar en cuenta el «marco mental» de quien hace la propuesta.
Si yo me dedicara a escribir software (lo hacía, hace tiempo, pero lo dejé radicalmente, como quien deja una droga) también desearía que el software fuera libre y/o abierto. Porque la ética y la estrategia del software abierto aumenta el poder de los que que tienen la capacidad de desarrollar/modificar software y el interés en hacerlo.
Si yo fuera una empresa de servicios cuya oferta de valor se apoyara en las prestaciones del software que utilizara, también me interesaría poder suministrarme dosis de software libre y/o abierto. (Como hace IBM: tema para un próximo ‘post‘).
Si yo fuera una organización que comprara software, mi decisión sobre adquirir software libre y/o abierto estaría ligada a la disponibilidad de modificarlo y mantenerlo por parte de empresas de mi confianza.
Etcétera.
Para que quede más claro. Como intento aprender a tocar el clarinete, me complace especialmente poder tocar las piezas que también me gusta escuchar. Pero la música que compro para escuchar no viene con la partitura. No es «música open-source«. Estaría bien que lo fuera, pero no somos muchos, me temo, los que defenderíamos esa causa. Muchos menos, me temo, que los que defienden que la música sea libre (o sea copiable), pero a los que nunca he escuchado pedir que fuera «open source«.
¿Comentarios? ¿Sugerencias?
P.S. Sobre el «software oculto«, en un próximo ‘post‘.