He tenido una pesadilla durante la siesta. Me había dormido pensando en la propuesta de Infonomía sobre la relevancia de la Gamer Generation. Una idea desarrollada en un libro reciente de la Harvard Business School Press. Como es de los que Amazon deja explorar online le he podido echar una ojeada. En la contraportada habla de una ‘gamer generation‘ dotada de atributos como:
- Una habilidad asombrosa para la multitarea.
- Solucionar problemas de forma creativa
- Gente comprometida, orientada al equipo
- Juegan para ganar, pero están acostumbrados también a perder.
Me ha venido a la cabeza la imagen de una sala repleta de cubículos ocupados por gamers. Como los asistentes al Campus Party, pero con algunos años más y ropa formal. Pero igualmente absortos en sus multi-pantallas, intentando solucionar de creativamente la forma de conseguir un bonus espectacular. Tan espectacular como los premios de los videojuegos, pero en euros, o miles de euros. Empeñados en ganar y hacer ganar al equipo, porque el premio aumenta si el equipo gana.
De pronto, un aparatoso
aparece, primero en una pantalla, poco a poco contagiándose a las contiguas y luego al panel gigante que preside la sala. Suena una sirena estruendosa y me despierto.
Gracias a Dios, sólo era un sueño. De vuelta a la realidad, tomo el diario por la sección de Economía y, hélas, aparecen las declaraciones del ‘broker’ de Société Générale, que llegó a tener en danza apuestas (o inversiones) por 50.000 millones de Euros.
De golpe, me lo imagino como uno de los ‘gamers‘ del sueño, y no sé si preocuparme o sentirme aliviado.